Llanura erótica, atemporal y totalitaria.
te sometiste a mi mirada; proyectil semiborracho
que gatea mareado y no se cansa,
a pesar del cuerpo mal herido,
y a medio coser.
Pan para mañana, pan para pasado mañana y así.
te vienes como el rugir de mi esperma,
a separar las mañanas de sus noches
a colocar santos en mi billetera.
Te he visto nacer como hija
y revolcarte como mujer.