Cubierto

Para llegar a mi,
(esa profunda ilusión de paz que se burla eternamente);
he debido hurgar en los basureros de la mente
en donde se abanican y se mecen la libertad y las bienaventuranzas.

La policía católica intenta colocarte contra la pared
y vendiéndote rosarios empastillados para la angustia.

Yo prefiero correr de aquellos ángeles envueltos en telas de arañas,
y coger las flores que se dejan caer en este camino,
y cantar y abrazar mis mil humanidades
bebiendo las piscolas místicas que me sirven los verdaderos monjes,
los que vuelan como la "Millenium Falcon".

Cubrir

Me gustaría poner una sombra frente a tí,
que te llevara de la mano a los jardines de tus veranos de infancia,
que velara por tu sueño con infinita paciencia,
e hiciera un pacto con el anonimato
para ser verdadero.

Pero soy un farsante
que quiere desvestirse en plena escena,
que el show no deba continuar,
que el cliente no tenga la razón,
para llevarse un pedazo de tu palabra,
un verbo enjuagado en tu sonrisa
y sostenerlo como si fuera una nuez que se derrite con el frio o el calor.

Reciprocidad

Llanura erótica, atemporal y totalitaria.
te sometiste a mi mirada; proyectil semiborracho
que gatea mareado y no se cansa,
a pesar del cuerpo mal herido,
y a medio coser.

Pan para mañana, pan para pasado mañana y así.
te vienes como el rugir de mi esperma,
a separar las mañanas de sus noches
a colocar santos en mi billetera.

Te he visto nacer como hija
y revolcarte como mujer.

Esto será canción

Nos queda un día para abrazar lo importante 

y mirar desde el alma.

Quitarse la pendeja costumbre de sentarse a ningunear esta hora.

Sé que te cansas, sé que te guardas cosas,

y que duele el frío de lo que se anhela.

Estar ahí constantemente se convierte en un silencio de hospital.

No se parece esto a la promesa que nos hicieran los sacerdotes, 

los inspiradores, las señoras del barrio.

A veces me cuesta cerrar la frase, sacar la varita del sombrero.

No me llevo bien con los clichés de autoayuda,

pero siempre intento ayudarme.

Mas te vale que me des una sonrisa,

porque hoy no estoy para ensayos,

ni para demagogia metafísica

Melancolía

Los altísimos techos, los inviernos omnipresentes, tus botellas de cerveza, nuestro silvestre patio, la ventanas como pantallas de una película francesa, el loco y hermoso hábito de encerrarnos a soñar con la música a niveles impresentables, las camelias recordándonos cada agosto el misticismo de nuestras vidas, de nuestra tribu. Nuestra vergüenza por la apariencia de nuestros muros. Los años nuevos con mamá cuando nuestra casa fué un carnaval, después nunca más. Los años tristes, los mercurios a los pies de la cama, las mañanas de colegio, las mañanas en las que dormía dopado, la guitarra, las carbonadas, la puerta de calle, el pasillito que iba de la puerta de calle a la del pasadiso, el Sony Trinitron, las tablitas del piso del comedor cada una con su identidad....Mi casa, extraño a mi querida casa y a los que intentamos ponerle onda y cariño.....los quiero y los extraño familia

Por elegancia

Me alaga declararme así;
con este lenguaje enigmático,
dejando sombras que te guíen hacía el lugar preciso
y no colocando flores marchitas de antemano.

Confesión de cobardía

Y si te sorprendía con esto?,
pero no fué así,
esperé, dí la vuelta,
merodeé tus retornos, 
abracé cada pasó como un melómano obrero.
Fuí tañendo el vino de este encuentro como un cobarde ofebre.

Aquí estás,
nos estamos desnudando y tiene su gracia,
pero me hubiese gustado dar el brinco de Prat con pata de palo,
y robarte tus manos con todo lo demás.

Afinando la Puntería

Quiero tener una de esas amigas que te reafirman la fé
con piruetas simples,
De esas que comien arroz con palta y te miran.

Quiero que me lluevan palabras indomables desde sus retinas
y que me desplome la simpleza de su rebeldía.

Una canción para una estrella

En esta alta vibración,
estás sentada siempre atractiva
como si modernos imanes cubrieran tu aura.

Me miras y sonríes
como sentenciando la coherencia de mi llegada.

En esa alta vibración
las melodías no importan,
sólo queda tiempo para hacer mermeladas de nosotros.

Adónde están y van tus miradas estrella titilante,
tu luz me deriva
y me brinda bocetos que encajan con mi inconsciente.

En esta alta vibración
Jesús hacía sus trucos y sanaba locos y ciegos.