miércoles, julio 25, 2012

Amando en el silencio

Esto no lo sentía desde los nueve,
y me duró hasta como los doce.
De ese nivel te hablo,


Voy a Camagüey con una chapita de tu cara en mi pecho,
canto algunas partituras sin solfearlas,
mi pentagrama es el cielo caribeño y sus estrellas
que son mucho más eficientes que las corcheas.
Cargo ramas de quillay para que nunca le falte a tu sonrisa
un buen cabello azabache lustrozo como marco.


En este silencio selvático, derramo mis lágrimas
que se confunden con la lluvia
y despiertan a mi verdadero cantor.


Bailo un vals por tí
y vuelvo a creer
que mis ojos expandidos me llevarán 
a recogerte en el frensí de los giros danzantes de lo que toca Chopín.
Sentado en debajo de una carpa,
con guayabera, pelo largo y mojado por nuestra intensa y bella lluvia.

jueves, julio 19, 2012

Resiliencia

Afírmense wn...,
no es chiste,
el loco la va hacer,
la dura.

Oooohhh,
la cagó el weóooonnn,
nooo,
muy bieeeen,
ahí tenís,
tóma wn!
jaja

miércoles, julio 11, 2012

En mi casa había una micro

Yo tenía dos años de vida
y le cantaba a mi abuelo al borde de su cama,
al borde del otoño del 76,
y al mismo tiempo un disparo
le volaba el abdomen a un amigo de un amigo de mi madre.
Yo era un niño que vivía inmensamente feliz
pisando, con mis chalas diminutas,
la baldosas que hace unas horas
sirvieron de puente para que los N.N. de turno
caminaran con el corazón encogido
hacia el último segundo.
Eran tantas las ganas que tenía de levantarme en las mañanas de los Sábados de mi niñez,
que no alcancé a oír los gemidos de los señores y las señoras
que se revolcaban por causa de la electricidad.
Si los hubiera oído habría llamado a mi papi
para que se encargara como siempre
Yo seguí siendo feliz con las protestas ochenteras
que me dejaban no ir a clases.
A mis doce años, una noche de Septiembre del 86; mi madre murió de cáncer,
creo que de alguna forma
no seguí siendo tan feliz.