Las frutas de mi huerto
se despiertan hacia el sol
con los ojos cerrados, se estiran
como niños quitándose la modorra.
El viento es cálido, ligero.
El alcohol que me envenenó maldiciéndote
ha vuelto a embriagarme y me ha lavado la boca
derrochándole agua bendita,
para que de mí sólo nazcan besos sabios, buenos.
Así que hoy en la barra del Dos Gardenias cantaré,
discutiré y me emborracharé de nuevo
con los flaites,
con las tontas,
on las gordas,
con los out,
con las regias,
con los hombrecitos de pantalón de tela, cinturón oscuro y sonrisa,
con los heridos,
con los peruanos,
con los sin personalidad,
con los huevones que andan con botas, poleras negras manga larga,
pelo largo y sucio en Enero,
con los viejos,
con los de verdad,
con los poetas,
con los hombres buenos,
con los que hacen lo que pueden.
1 comentario:
Buenísimo
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