Un cálido espanto
me coloca en el pecho de la segunda mujer de nuestras vidas,
me devuelve la curiosidad y un pedazo de mi materia prima.
Un pedazo de pan mordido,
un pedazo de estiércol disecado,
una blusa confeccionada con las mejores telas de arañas del campo chileno,
un cognac solitario,
una cita regozijante.
Espero
y te espero
con mis ojos en la vereda de los ambulantes y sus ofertas,
en el vai ven del vino que te aloja,
con el hambre de los mendigos
que no paran de soñar con el pan mordido.
sábado, noviembre 28, 2009
martes, noviembre 10, 2009
De acuerdo
Llevaré tus ojos, y tu piel de naranja
hasta hacer que nazcan naranjas,
damascos, limones y nísperos
en los jardines que me esperan
después de mi última escena.
Llevaré tus notas destempladas al cantar,
y me empeñaré en no afinarlas,
mas bien, las aplaudiré.
Llevaré tu italiano fervor por la vida,
por tus hijos, por la risa,
por el mar.
Llevaré la voz de tu alma, siempre.
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