domingo, abril 18, 2010

Feli(z)grés


Una palabra tuya me señala la ruta,

tus sonrisas se me aparecen como náufragos llegando a tierra.

Me conmueve tu saludo cotidiano,

el oleaje de tu pelo.

Persigo tus sombras como rata hambrienta,

me siento en las butacas para ver pasar tu destello,

con aroma a mar, a pueblo nuevo.

Me cuentan que alguna vez fuiste una aspirante a novia,

perdóname la vida me dió esta cosa que se llama ilusión.


Nunca vi altar más imponente que tus zapatos de charol.


Cuando te encuentro en la rutina callejera de los paraderos

y de los mohicanos de los punk,

Se me escapan las golondrinas que suelo aprisionar en mi pecho,

van a buscar vida, a soñar con algún abejorro sabroso

o a diverstirse con el puma cojo.

Cuando se desliza tu voz,

mi corazón decreta la paz.



Yo sueño ser tu ofrenda



Algún día este poema saldrá de su tiniebla.

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