domingo, mayo 16, 2010

Gángster

Un napolitanito chico reencarna diez mil veces en mi voz,
un tirolés pierde su acordeón en medio de la borrachera.
La bota del mediterráneo, la bota de la musa,
la bota como acertijo del enigma.
Treintaiseis años cocinando a fuego lento.
La primavera siempre ha estado por llegar,
se avecina,
se cuela entre las piernas de las mujeres con botas con perlas.
La palabra es el nuevo privilegio, señoritos.

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