He estado ahí,
amazando la harina,
enjuagando mi boca con el vino
que te embriagará.
He estado revisando los detalles
y ahora es tiempo de descansar.
Seguiré callando, probablemente seguiré
escribiendote poesías.
Seguiré estando así,
a ver si un día esta luna se digna a
recostarse de frente a mí y
me guiña un ojo.
Seguiré aunque el destino te instale nubes en la retina.
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