Isabel, pelo negro suelto,
sonrisa con tostadas en la mano.
Isabel, con las muñecas en las manos.
Alguna vez nos miramos de frente Isabel,
éramos niños, éramos tan sabios,
eramos nosotros, el pupitre,
los lápices de colores,
la bolsa del pan con mantequilla y jamón.
Isabel, porqué volaste, porqué nunca te busqué,
ya es tarde para eso no?... nó??
Isabel no figuraba en las listas
de las pitutitas,
poronas mononas finuras,
apetecidas por nosotros los chimpacés de pueblo.
Isabel, tú eras la princesa,
tu sigues siendo la princesa
y te morirás así.
Isabel, aún guardo un par de nueces de auqellas mañanas de Mayo del 83,
Déjame pagar la cuenta.
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