Te haré una zamba,
te cantaré un ícaro,
te escribiré un mensaje desde mi ermitaño corazón.
No le temas, no lo pises con enojo,
dale una mirada lisonja.
Tengo almendras que me han partido los dientes
pero que le han brindado su madera a mis sueños
para que broten y florezcan.
Te convidaré algunas, bueno?
Te haré uno de mis panes con palta.
Te haré un dibujo que te saque de tu paisaje,
y cuando entres en la hoja
seras una turista curiosa, graciosa, audaz y perezosa.
Me enamorarás de nuevo e intentare atraerte con la torpeza que me han dado los años.
Te devolveré, si tu quieres.
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