No hay madera, ni herramientas
estamos aquí con el sol galopante.
Nuestras manos tienen yagas profundas
el río se secó.
Cómo quema la fuente seca del dolor,
en nuestras narices; el desolor.
Pondrá alguien alguno de esos letreritos?
Sin hambre quizás a donde podremos llegar.
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