Salir a volver,
a un valde, a una manilla,
a ponerse los ladrillos de cada viernes.
A no cantar para cantar mañana,
a no bailar, tomar festejar, para cuidar la billetera,
y jugar al metafisico resentimiento.
Toma mi mano con tus dedos,
tal vez con eso bastaría.
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