Que te calles!!
que tanto buscas en las palabras?
en los ruidos metálicos y ridículos de tu voz.
Otra vez!, por favor!
dos minutos sin poder estar contigo?,
escapándote de tí!!
¿Es justo y necesario?
¿escuchar las alarmas de los idiotas?,
¿los lamentos de los desgraciados?
hasta este poema se hace nefasto
e innecesario, mejor me callo,
para predicar con el ejemplo,
o mejor aún para nunca mas predicar,
y asi poder ser
sin interferencias.
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