No puedo evitar los sueños,
ni olvidarme de las viejas esperanzas.
Me enamora la vida,
exagero los aliños,
la crema chantillý se desploma
y comienza a dibujar paisajes extraños e indescriptibles.
Me siento en la mesa del comedor
coloco mi corazón en la ensaladera
y lo dejo sudar, que bote el juguito.
Colmo los jarros con mi semen, mis lágrimas,
mis gotas de lluvia de niño.
He preparado tanto tiempo esta cena!
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