sábado, mayo 05, 2012

La insensatez de las chicas

El jurado murmulla,
el telón casi se cierra,
hay alternativas al parecer.

Una señora me regala nueces para el camino,
me muestra a su hija.
La morena se suena la nariz estruendosamente.
Sigo el camino
aparecen vendedores de la marihuana legal,
compro unos pitos.
Sigo el camino,
un león se instala en frente de mí, 
me acompaña como el perro que nunca tuve,
a mi lado, silencioso, solidario,
le hablo de las juezas que evitan la sed y el hambre
y se contentan con la urgencia,
con los letreros publicitarios.
Mi amigo lanza un beso, y se duerme.
Le dejo algunas nueces.

Se abre otro telón
y hay una tribu de niños
que almuerzan y me machacan las nueces y las manos,
así es más sabroso, dicen.
Pago la cuenta, 
me dejan en la puerta frente a Dios.
Dios es una mujer que me besa con fé.
El jurado no cacha ná.

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