martes, febrero 26, 2008

Mi rostro cae,
se llena de caminos hacia algún mirador.

Se rompe, estalla
como un vidrio destrozado por el pelotazo de Jorgito,
lleno de sueños,
como una cachetada fantaseosa.

Atrás de esa estructura sujetada por andamios,
detrás de mis dedos apretados por la impotencia de la incertidumbre,
hay algo, y detrás de todo eso hay algo.

Es un secreto, un paradigma arqueológico,
algo que funciona, "que le hace".

1 comentario:

Ricardo Norambuena dijo...

Me gustó este especialmente. Y la foto! (si no me crees... ricardonorambuena.blogspot.com)