jueves, enero 31, 2008

Descubriendo

Relajación total,
los músculos se extienden, se desarman, se desmadejan
y flotan gigantes e inertes
ante la gravedad imponente e importante.
Y regresan a su ancla vertebrada
que a estas alturas tiene la consistencia de un hilo de coser.
Así es, el hilo de coser; cose, une, amalgama, yoga
no de yogar(también),
si nó de yoga.

Solo así me transformo, relajación y descanso eterno
para endurecer y quedar como un toro pulento.

Prana; misterioso habitante del viento móvil e inmóvil
tú tienes la medicina, el químico necesario para desmadejar mis fibras,
una por una, hata llegar a la dosmilquinientosochoava,
y soltarlas.

Seguiran siendo mis fibras,
volverán a mi como perro fiel,
como cubano en la isla,
y será la hora del triunfo,
de la obra terminada,
la exposición de mis ojos sin cansancio,
de las plantas de mis pies cosquilleantes de regocijo,
del cuello elástico, flexible, cremoso
y del sol renovando cada rincón pantanoso y húmedo de mis células,
colocando en ese rincón una montaña rusa y a un sol hijo
ceremonioso, cantor y amante de las güenas tallas
del sol de Bahía y del alarido de Whitman.

Sol, sol, sol,
mi cuerpo se transforma en el sol que no llega en Junio ni Julio,
y quema las desconfianzas, las desesperanzas
y hace el mundo mejor.

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