Este señor
llegaba al borde de la cuna y parecía un turista lejano.
Comenzó a apoyar la obra, a pulir las puertas,
a comprar las empanadas, a poner su señal de la cruz en mi cabeza.
Me empezó a contar algunos cuentos "El Ballet Azul", "La Sinforosa" y algunos más.
Un día supo que su amiga se le iba
y lo vi llorando con tanto amor!.
Se puso el oberol, ese que cuesta que te abrigue,
porque el frio nace del corazón
y se puso a volar con sus hijos.
Y ese fué su último impulso,
su heroísmo.
En nuestras últimos parcos encuentros
tus silencios han estado hablando mucho.
Te puedo pedir siguiendo cosas??
por favor.
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