Es hora de escuchar a los poetas
es hora de leer a Nicomedes, Cortázar, Jesús y Parra.
Se acabo el tiempo de las palabras
¡Es una orden!
para que así vaciar la fuente de ideas sobrevaloradas,
comentarios eco,
vómitos sin levadura.
La comunión ha llegado al alma
ha curado el mal con una sola metáfora
y con una historia de triste final.
¡Que buen ejercicio es callar y dejar que las palabras vengan a mí!
las necesarias, ni más ni menos.
Detrás de aquel aparato inerte estaban esperando rogando por mí,
me cantaban canciones, me miraban de reojo,
se emborrachaban también,
a la espera de que vendiera ese artefacto siniestro
y me entregra a sus pechos, a su lujuria,
a su erotismo y bendita pornografía,
llena de alcohol y desenfreno
para celebrar con ellas,
curanderas del invierno.
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