Mi espectador se ríe, evalúa
se sorprende de mis actos.
Me acompaña por la vereda
se anima a dejarme por algunos momentos también.
A veces es un niño callado,
tranquilo y confiado
que no puede creer que para mi
las cosas sean tan jodidas,
y ríe aun más, como si estuviera viendo al mismísimo Jerry Lewys
Otras veces es un magnífico actor
que me presta sus dones y máscaras por algún pequeño instante
y me hace gozar de felicidad
siendo lo que quiero y lo que se me ocurre
donde se me ocurra
No puedo dejar de mencionar al señor Juez
que compara mis palabras, pensamientos y obras
con las de el mortal que tengo a mi lado y al del otro lado.
Me pongo en su lugar y dejo el mío
y como un astronauta de Júpiter,
comienzo a observar este mundo
y me parecen increíbles los colores
las palabras, las estaciones, los señores, los olores
los televisores, los sonidos, los ascensores, las emociones.
Hagan este ejercicio
todos los días por la mañana, tarde y noche
y comienzen mas seguido a invitar a sus vidas
a este crítico afectuoso
que hace tu vida justa y noble.
1 comentario:
a veces las cosas empiezan a cambiar cuando uno menos lo espera, lo ideal es darse cuenta y hacer todo mejor para uno, ser un protagonista y no un mero espectador en la vida de uno.
Lola
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